Argentina a mediados de 2025: la contradictoria realidad económica y la resistencia de las PyMEs jujeñas
Jujuy

Argentina a mediados de 2025: la contradictoria realidad económica y la resistencia de las PyMEs jujeñas

Jul 31, 2025

Por Sebastián Cristófari

Mientras el gobierno nacional celebra una desaceleración de la inflación como el pilar de su modelo económico, la realidad para las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) en Jujuy y el resto del país dista mucho de ser un éxito. La estricta disciplina fiscal y la desregulación radical, lejos de liberar el potencial productivo, están asfixiando a un sector vital para el empleo y la economía regional.

La Lupa sobre la Macroeconomía Nacional: Inflación a la Baja, Economía en Recesión Profunda

El reciente informe del INDEC sobre la inflación de junio de 2025, que marca un 1,6% mensual, es presentado como un triunfo. Con una acumulada del 15,1% en el semestre y un 39,4% interanual, la narrativa oficial apunta a una «estabilización» y un control efectivo de precios. Sin embargo, detrás de estos números se esconde una verdad incómoda: gran parte de esta baja inflacionaria se ha logrado a costa de una brutal recesión y una caída histórica del consumo. No es una desaceleración impulsada por un aumento de la oferta o la productividad, sino por la simple incapacidad de la gente para comprar.

Analizando los componentes de la inflación, mientras algunos precios de bienes durables se moderan, ítems esenciales como salud (con fuertes aumentos en prepagas y medicamentos), educación y servicios básicos (tarifas de energía y gas) continúan registrando incrementos significativos. Por ejemplo, los ajustes en tarifas de servicios públicos han impactado duramente en los costos operativos de las PyMEs y en el presupuesto familiar. Esto impacta directamente en el poder adquisitivo de las familias jujeñas, que deben destinar una mayor parte de sus ingresos a gastos ineludibles, reduciendo drásticamente su capacidad de consumo en bienes y servicios que sustentan a las PyMEs locales. A esto se suma la «inflación reprimida» por los atrasos en las tarifas y el tipo de cambio, lo que augura futuros saltos de precios que mantendrán la incertidumbre. La proyección de inflación del 37% al 35.9% para fin de 2025, según organismos como la OCDE y el FMI, si bien es alentadora en papel, sigue siendo muy elevada para la planificación de negocios.

El PBI del primer trimestre de 2025 mostró un crecimiento del 5,8% interanual, un dato que, si bien suena positivo, debe leerse con cautela, ya que compara con una base de abrupta caída del año anterior. La actividad económica mensual (EMAE), un indicador más preciso del día a día, muestra una persistencia de la contracción en sectores clave. En mayo de 2025, el EMAE registró un aumento interanual del 5.0% comparado con mayo de 2024, pero en términos desestacionalizados, el índice mostró una caída del 0.1% respecto al mes anterior, lo que evidencia la debilidad subyacente de la recuperación.

Las ventas minoristas de PyMEs, según CAME, han continuado con caídas de dos dígitos en los últimos meses (por ejemplo, entre un 15% y 20% interanual en muchos rubros de comercio y gastronomía), reflejando la depresión del consumo. La producción industrial, vital para las PyMEs manufactureras, también exhibe una disminución constante, con fábricas operando a niveles mínimos de capacidad utilizada (muchas por debajo del 50%), una señal alarmante de la falta de demanda y la incertidumbre. La construcción, un pilar generador de empleo, se encuentra en un parate casi total debido a la paralización de la obra pública y la imposibilidad de acceder a financiamiento privado.

El Mercado Laboral: Hemorragia de Empleos Formales y Precarización Creciente

El costo social de este ajuste es evidente en el mercado laboral. La tasa de desempleo nacional subió al 7.9% en el primer trimestre de 2025, la cifra más alta en cuatro años, lo que representa 250.000 personas más sin trabajo en comparación con el mismo período de 2024. Se estiman 150.000 puestos de trabajo formales perdidos en lo que va de 2025 a nivel nacional.

Sectores como la industria, la construcción y el comercio son los más afectados, con miles de jujeños engrosando las filas del desempleo. Esta sangría de empleos formales se complementa con una creciente precarización, donde muchos trabajadores se ven forzados a buscar refugio en la informalidad para subsistir, sin acceso a beneficios sociales ni protección laboral. El porcentaje de empleados registrados con salarios formales ha caído al 46% en el primer trimestre de 2025, el nivel más bajo desde 2007, consolidando una tendencia de precarización laboral.

Las reformas laborales impulsadas por el gobierno nacional, como la extensión del período de prueba y la posibilidad de establecer un «Fondo de Cese Laboral» opcional, si bien se venden como herramientas para flexibilizar el mercado, en un contexto recesivo se perciben como un incentivo para facilitar despidos y precarizar las condiciones de contratación, en lugar de impulsar una genuina creación de nuevos puestos de trabajo de calidad.

Políticas Fiscales y Monetarias: Ajuste Sin Crecimiento y la Asfixia Financiera

El superávit fiscal primario del 1.6% del PBI proyectado para 2025 es el centro del discurso oficial. Sin embargo, este superávit se ha alcanzado principalmente a través de un drástico recorte del gasto público, no por un aumento sostenido de la recaudación derivada del crecimiento económico. La eliminación de programas sociales, la paralización de la obra pública y la reducción de transferencias a provincias han tenido un impacto directo y negativo en las economías regionales, disminuyendo el ingreso disponible y, por ende, el consumo.

En el plano monetario, las altas tasas de interés sostenidas por el Banco Central, aunque buscan contener la inflación y anclar el tipo de cambio, actúan como una doble espada. Si bien la tasa de política monetaria ha bajado (en enero de 2025 se situó en 29%), las tasas de interés reales para el crédito productivo que ofrecen los bancos comerciales siguen siendo elevadas (por ejemplo, tasas de inversión que van desde el 27% al 34% fija anual para PyMEs en abril-junio de 2025), severamente restringiendo el acceso a financiación para las PyMEs y desalentando la inversión y la expansión.

Por otro lado, incentivan la especulación financiera por sobre la producción. El acceso al financiamiento sigue siendo una quimera para la mayoría de las PyMEs jujeñas, a pesar de los anuncios de líneas de crédito nacionales, que a menudo son inaccesibles por sus requisitos o por el riesgo percibido por las propias empresas de no poder afrontar la deuda en un mercado deprimido.

En el sector externo, si bien la eliminación de controles cambiarios en abril de 2025 es vista positivamente para la inversión, la apreciación real del peso observada en los últimos meses (el Tipo de Cambio Real Efectivo se apreció más de un 11% respecto al promedio de 2023) podría afectar la competitividad de las exportaciones PyME a largo plazo.

Además, el gobierno ha eliminado los derechos de exportación para el 88% de los productos industriales y ha reducido aranceles de importación para productos como celulares y electrónicos (del 16% al 0% para 2026). Mientras esto busca incentivar la inversión y la reducción de costos, agrava la competencia para la industria nacional que no puede equiparar los costos de producción con los bienes importados.

El Precio de la «Estabilización»: El Impacto Devastador en las PyMEs Jujeñas

En Jujuy, la pérdida de puestos de trabajo formales y el cierre de empresas son el reflejo palpable de la aplicación de este modelo macroeconómico en nuestra provincia. Las PyMEs locales, altamente dependientes del consumo interno, en sectores como el comercio, el turismo y la gastronomía, están sufriendo directamente la caída del poder adquisitivo.

La desregulación de importaciones ha expuesto a los pequeños comercios e industrias jujeñas a una competencia desigual con productos extranjeros, en un contexto donde sus costos internos (impuestos, servicios, salarios) no ceden. La «libertad de mercado» impuesta desde la Nación se traduce en una libertad para que las PyMEs locales mueran.

La tasa de empleo en el Aglomerado Jujuy (Capital y Palpalá) mostró una leve recuperación en el primer trimestre de 2025, alcanzando el 43.5%, superando el 42.1% del trimestre anterior. Sin embargo, la tasa de actividad se ubicó en 46.5%, lo que implica que la demanda de empleo sigue siendo superior a la oferta.

La estructura productiva de Jujuy, con una fuerte dependencia de sectores como el azucarero, tabacalero, minero y el turismo, muestra una gran heterogeneidad en su respuesta a la crisis. Mientras la minería (particularmente el litio, con proyectos como Exar en plena producción en 2025 y la expansión de Orocobre) experimenta un importante crecimiento impulsado por inversiones extranjeras (a menudo bajo el RIGI, con el desafío de garantizar el derrame local a las PyMEs), el grueso de las aproximadamente 7.000 empresas registradas en Jujuy, la mayoría PyMEs concentradas en comercio y servicios, siguen en una situación crítica.

Las Estrategias Provinciales de Jujuy: Contención y Apuesta al Desarrollo Local

Frente al complejo panorama macroeconómico nacional, el gobierno de la provincia de Jujuy ha implementado una serie de medidas que buscan contener el impacto de la recesión y fomentar el desarrollo de sus PyMEs y emprendedores. Estas acciones representan un esfuerzo por construir herramientas locales frente a la filosofía de menor intervención estatal a nivel nacional.

Las iniciativas provinciales y municipales en Jujuy incluyen:

  • Impulso a la Digitalización, Innovación y Turismo Sostenible: Se mantienen programas de apoyo para la transformación digital de las PyMEs, promoción turística, infraestructura y el desarrollo tecnológico desde el Parque Industrial y Tecnológico de Perico y la Ciudad de las Artes Digitales.
  • Acceso a Financiamiento y Fomento a la Inversión Productiva: Se reforzaron las líneas de crédito del Banco de Desarrollo, con foco en PyMEs y microemprendedores, incluyendo sectores clave como turismo y hotelería.
  • Políticas de Alivio Fiscal y Promoción Productiva: Exenciones impositivas temporales, simplificación de trámites, reducción de alícuotas de Ingresos Brutos, fortalecimiento del Monotributo Provincial y fomento de exportaciones extra-zona.
  • Fortalecimiento Productivo y Desarrollo de Cadenas de Valor Integradas: Integración de PyMEs locales a las grandes cadenas del litio, cannabis medicinal, tabaco y azúcar; programas de capacitación técnica y desarrollo de proveedores locales.

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